Privatizar servicios no es la solución

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Febrero de 2020

Metro de Sevilla suspendió el trayecto de su Línea 1 por cinco estaciones debido a una avería. Entre los días 15 a 17 de enero, el trayecto entre Olivar de Quintos y Montequinto tuvo que ser interrumpido debido al enganche de la catenaria con el pantógrafo de uno de los vehículos.

Los pasajeros tuvieron que desalojar los vagones y alcanzar la estación más próxima a pie atravesando el túnel. Para continuar los trayectos sin servicio, Metro de Sevilla puso autobuses gratuitos a estos pasajeros.

El mismo día 17 por la tarde, en San Juan de Aznalfarache, la unidad de tracción de uno de los trenes sufría una avería. La avería dejaba fuera de servicio tres estaciones.

Los avisos a los medios han provenido en todo momento de la Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, accionista minoritario de la sociedad Metro de Sevilla. Sin embargo, por parte del accionista mayoritario Globalvía que gestiona, mantiene y tiene a su cargo el funcionamiento de toda la Línea 1 del metro, no ha aparecido ningún responsable a dar explicaciones.

Los fallos y averías de Metro de Sevilla, desde que comenzó a dar servicio en 2011, a razón de uno cada año, se pueden explicar por la falta de un mantenimiento regular de sus instalaciones. Globalvía no ha dado explicaciones sobre las causas, pero si se hubiese hecho un trabajo de prevención e inspección rutinario, seguro que los efectos se podrían haber previsto o al menos minimizado.

Lo que nos lleva a pensar que es un problema por la falta de trabajadores, algo que no nos explicamos pues esta empresa viene ganando, año tras año, millones en beneficios. Además, la Junta aporta puntualmente dinero como socia que es en la sociedad. ¿A dónde va a parar todo ese dinero? Seguro que no a revisiones y mantenimiento.

La Junta otorgó a Globalvía todos los derechos de explotación del servicio de la Línea 1 de Metro de Sevilla. Y estas son las consecuencias de privatizar un servicio público como el transporte. Una sola línea de metro que deja incomunicadas a miles de personas y una empresa privada que no ha dado explicaciones sobre su actuación durante todo este tiempo.

Este es un ejemplo más de que lo privado no funciona, aunque algunos se empeñen en decir lo contraro. El servicio de transporte, ya sea metro o autobús o cualquier otro, tiene que ser gratuito para la población y deben sostenerlo los beneficios de las grandes empresas.