El circo del estado de la nación

Εκτύπωση
marzo 2015

Se acaba de celebrar el debate de la nación en España y el circo mediático se puso en funcionamiento. La realidad quedó inventada y falseada por Mariano Rajoy. Cómo era de esperar éste aseguró que la crisis es ya agua pasada, que ha hecho lo que tenía que hacer y además muy bien; de paso ha aprovechado la ocasión para iniciar su campaña electoral cara a las próximas elecciones.

El presidente prometió la creación de 3 millones de empleos, en tres años consecutivos, porque ahora la economía ha subido -lo que es falso, miente descaradamente- un 2,4%. Entre otras medidas "sociales" ha prometido, cheques de ayuda familiar y una "ley de segunda oportunidad" para el pago de deudas, que consiste básicamente en negociar la deuda mediante acuerdos extrajudiciales, pero donde la última palabra la tiene el acreedor.

Rajoy ante las críticas de "triunfalismo" por parte del PSOE y otras formaciones ha vuelto a asegurar que España no ha sido rescatada. Aprovechó también para seguir intentando enfrentar al pueblo español con el griego diciendo -no es la primera vez- que los griegos nos deben dinero y que si ellos no pagan tenderemos que hacerlo nosotros. Esto es el colmo de la desvergüenza porque el dinero español fue para rescatar a los bancos griegos no a la población. Para más inri, referido aún a Grecia, argumentó que no se podía prometer algo que se sabía que no se podía cumplir. ¡Claro que no! Pero hay que recordar que él llego a la presidencia del gobierno prometiendo la creación de 3 millones y medio de empleos. Es el colmo de la desfachatez.

También se atrevió Rajoy, a pesar de que existe todo un clamor popular en contra, a defender la nueva ley de seguridad ciudadana, más conocida como ley mordaza, porque "garantiza que todos podamos ejercer nuestros derechos con plenas garantías". En resumidas cuentas, el estado de la nación para Rajoy es el mundo de yupi: la gestión de su gobierno ha conseguido "primero, evitar el rescate; segundo, mantener el Estado del bienestar; y tercero, proteger a las personas más vulnerables".

Rajoy de tan largo debate tan sólo dedicó dos minutos y medio a hablar de la corrupción. Y entre tantas mentiras, llamativa ha sido la increpación que, perdiendo los nervios, ha hecho a Pedro Sánchez: "No vuelva aquí a decir nada. Ha sido patético", concluyó Rajoy.

Y entre tanto Celia Villalobos con los videojuegos, y esto aunque presidía el debate... ¡Todo un circo! En realidad el debate nacional fue más bien el debate de la vergüenza ajena que nos da a cualquier persona con sentido común escuchar y ver a la marioneta de Rajoy gesticulando las mentiras que ya nadie se cree.