34 Años de la Huelga General del 14 de Diciembre de 1988

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Enero de 2023

El 14D fue una huelga mítica por la respuesta generalizada de la clase trabajadora española ante los duros ataques del gobierno socialista de Felipe González. Demostró como la clase trabajadora unida es una fuerza temible contra la burguesía y sus gobiernos. Se hizo evidente que quienes sostienen y hacen funcionar la sociedad día a día son los millones de asalariados con su trabajo; se demostró igualmente que los políticos de la burguesía, los “encantadores de serpientes” que se hacen pasar por socialistas o izquierdistas y la propia clase capitalista, no son nada ante la lucha de la clase trabajadora.

Sin embargo, a pesar de la contundencia y apoyo de la clase obrera al paro, se ha intentado mitificarla por parte de las centrales sindicales convocantes, CCOO y UGT, como valedora del sindicalismo burocratizado que representan.

Tanto UGT y CCOO tuvieron el papel de apagafuegos de la combatividad obrera y encauzaron sus luchas hacia la ratonera del pacto social, con las consecuencias que todos conocemos hoy. Los mismos dirigentes de estas centrales se asombraron de la respuesta obrera. Ellos habían convocado legalmente “un paro general de 24 horas” para quitar fuerza a la idea de huelga general que se tenía entre la clase obrera. Recordemos que la Huelga General ha tenido siempre un carácter revolucionario que iba más allá de un simple paro reivindicativo. Era una herramienta que preparaba el terreno para la toma del poder de la clase trabajadora. En nuestro país la huelga de la Canadiense en 1919 o la Huelga General de octubre de 1934 son ejemplos de ello. Por eso CCOO y UGT quisieron quitarle hierro a la convocatoria.

La política de los socialistas contra la clase trabajadora.

Felipe González había llegado al gobierno en 1982 con una mayoría absoluta de 10 millones de votos; había conseguido ilusionar a la clase trabajadora que acababa de salir de la dictadura genocida de 40 años. Pero las ilusiones pronto fueron hechas añicos por Felipe González. El país sufría una gran crisis económica con millones de parados. La derecha no tenía la confianza ni de sus propias filas. Sólo Felipe González, con el carisma de izquierda socialista, podía engañar a la sociedad y así lo hizo. La promesa de creación de 800.000 puestos de trabajo en 1982 se convirtió en 600.000 despidos en 1985. La reconversión industrial de 1984 supuso 65.000 despidos directos y otros 200.000 en las industrias auxiliares. Al final se destruyeron 2,7 millones de puestos de trabajo. El “cambio” que prometió en su eslogan electoral después de estar en el gobierno era que España “funcionara”. Los trabajadores habían desarrollado luchas importantes contra la reconversión industrial y UGT y CCOO no pudieron hacer otra cosa que convocar el “paro general de 24 horas” ante el Plan de Empleo Juvenil que pretendía precarizar a los jóvenes con contratos basura.

Los resultados de la huelga

El impacto del cierre de la TVE con la carta de ajuste en la media noche del día 14 anunció el éxito de la huelga. La fuerza de la clase obrera la utilizaron UGT y CCOO para introducirse en el aparato de Estado a través de la negociación, la concertación social. Los miles de afiliados que entraron en los sindicatos y su 84% de representatividad les sirvió para integrarse en el Estado y tener la situación que tenemos hoy. Lo poco que se consiguió en pensiones o en gasto público fue “peccata minuta” ante una política económica que ha seguido con el mismo eje pro patronal: mantener los beneficios del capital a costa de la precariedad laboral y las condiciones de vida de la clase trabajadora. La huelga demostró la necesidad de una auténtica representación política de clase que presente ante los ojos de los millones de trabajadores la única solución posible ante la explotación capitalista: el poder para gestionar la economía y la política de la sociedad tiene que estar en manos de los trabajadores.