Un poco de historia

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Enero de 2022

En nuestra historia reciente, desde el Estatuto de los Trabajadores de 1980 y las sucesivas reformas laborales realizadas tanto por partidos de derechas como de los socialistas, hasta esta última del gobierno de coalición de “izquierdas”, todas han eliminado conquistas de la lucha obrera durante el final del franquismo y los comienzos de la transición. Para muestra un botón: en 1976 la ofensiva obrera consiguió imponer la readmisión del trabajador por despido improcedente. Fue el famoso artículo 35 de la Ley de Relaciones Laborales de abril de 1976  que fue derogado en el segundo gobierno de la Monarquía, presidido por Adolfo Suárez, junto al lote de medidas económicas antiobreras decretadas el 8 de octubre de 1976 que provocó movilizaciones. El miedo de la burguesía y del gobierno a la clase obrera se mostró en las luchas obreras de Vitoria en Marzo de 1976 donde fueron asesinados 5 trabajadores. Sin embargo ni CCOO, ni PCE y menos UGT y PSOE hicieron nada para extender estas luchas y coordinarlas contra las medidas de Suárez.

Recordemos también que el Estatuto de los Trabajadores en 1980 abrió las posibilidades de la contratación temporal frente a la estabilidad en el empleo, y propició la integración de las cúpulas sindicales en el Estado. En esa época CCOO se opuso al Estatuto haciendo movilizaciones masivas. En palabras de Marcelino Camacho: el Estatuto establece una mayor flexibilidad de plantillas, (…) con el Estatuto existen «más causas de despido que antes», reduce los derechos de los representantes de los trabajadores y sienta las bases de un «sindicalismo burocrático», en lugar de un «sindicalismo participativo». Palabras proféticas que explican la situación actual de la burocracia sindical y la falta de asambleas y debate democrático en las empresas.

Añadiremos que la llamada “concertación social”, entonces se le llamaba “pacto social”, era rechazada por buena parte de la clase trabajadora organizada y de la izquierda y que a partir de los Pactos de la Moncloa se introduce con calzador en la clase trabajadora por las dirigencias de la época de CCOO y UGT y los partidos obreros, PSOE y PCE.