El referendum del 20 de febrero

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Marzo 2005

Elecciones europeas: gran abstención

La gran ganadora de estas elecciones ha sido, como se esperaba, la abstención. De más de 35 millones de electores, unos 22 millones no han votado, votando el sà 10,3 millones y 2,5 el no. O sea, el sà no lo han votado ni la mitad del electorado de este paÃs.

Y es comprensible la abstención visto como todo ha sido una utilización electoralista de los partidos para sacar apoyo electoral. La mayorÃa no tenÃa clara información del Tratado, la campaña institucional manipuló la información pidiendo el sÃ, y en la campaña tanto el PSOE como el PP la utilizaban para atacarse.

En definitiva, este referéndum consultivo, que no decisorio, sin información suficiente, ha sido más una maniobra politiquera que otra cosa. Y asà se puede explicar la abstención. Para Zapatero el tener el apoyo por el sà le darÃa una aureola de estadista ante los demás paÃses europeos, para la derecha ha sido una manera de desgastar la imagen del gobierno.

Nuestra postura por el no se ha basado en que esta Constitución europea, como toda constitución, se basa en la propiedad privada y en el derecho de los paÃses más ricos de seguir imponiendo sus intereses a los demás paÃses.

Evidentemente la unificación de Europa es un progreso; estando unida, los trabajadores europeos tenemos al menos la posibilidad de ponernos de acuerdo y luchar juntos. Pero ni éste ni anteriores tratados europeos van a cambiar la situación de los trabajadores. Sólo la cambiarÃa la lucha, la gestión, y el control de la sociedad por aquellos que realmente la hacen funcionar, los trabajadores, podrá solucionar los problemas reales de la sociedad.

Los militantes que difundimos los boletines de empresa Voz Obrera y la revista Lucha de Clase hemos tomado la posición por el NO, en el referéndum del dÃa 20. En este folleto explicamos las razones que nos llevan a votar NO. Como comunistas revolucionarios estas razones están basadas en la defensa de los intereses de los trabajadores y de los más pobres.

¿Qué está en juego para el mundo del trabajo?

El 20 de febrero, el gobierno organiza un referéndum no vinculante sobre el Tratado de la Constitución Europea adoptado por los distintos paÃses de la Unión Europea. El motivo ha sido la ampliación de la unión a 25 paÃses, con la incorporación de 10 nuevos paÃses del este, de la antigua órbita soviética. En algunos paÃses, son los parlamentos los que deciden, en otros como España y Francia por ejemplo, se consultará a la población mediante referéndum.

Los militantes comunistas revolucionarios que publicamos la revista Lucha de Clase y los boletines de empresa Voz Obrera en el Ayuntamiento, Tussam y Correos de Sevilla, sabemos muy bien que el problema de la Constitución Europea no cambia nada fundamental en la situación de los trabajadores, ni en España, ni en ningún paÃs europeo.

La sociedad, en España como en todos los paÃses de Europa, está dirigida por las grandes sociedades capitalistas que dominan la economÃa mundial. Las constituciones nacionales, al hacer de la propiedad privada de los medios de producción la base de la economÃa, consagran la soberanÃa de la burguesÃa en cada paÃs. El actual funcionamiento de Europa se hace en función de los intereses de estas grandes sociedades, financieras, industriales que monopolizan el mercado, es decir bajo los intereses de los trust.

El nuevo tratado para una Constitución Europea está destinado a solucionar algunos problemas de funcionamiento de las instituciones europeas. Pero somos conscientes que en cualquier caso, sea definitivamente adoptada o no, sin este tratado o con otros, los dirigentes de los grandes Estados europeos, que sean de derecha como Chirac o Berlusconi o que sean de izquierda -si se les puede llamar asà - como Blair o Zapatero, seguirán defendiendo los intereses de la burguesÃa que representan. Porque es el orden social imperante, la economÃa "social de mercado", es decir, el capitalismo lo que defienden. Este orden social sólo funciona si las grandes empresas obtienen beneficios y esto sólo puede hacerse a costa de los trabajadores que son los que en realidad producen la riqueza. Y por todas partes pretenderán imponer sus medidas a favor de las grandes empresas y en contra de los trabajadores.

En efecto, en todos los paÃses de Europa el desempleo está afectando a millones de personas. En todos los paÃses, incluso en los más ricos, los salarios bajan. Y cada vez más aumentan el número de los asalariados con bajos sueldos, imposibles de permitir un nivel de vida digno. Además la precariedad laboral hace que la vida sea cada vez más difÃcil. En todos los paÃses también los servicios públicos se deterioran y vienen a ser cada vez menos públicos, más privados. Cada vez se destina menos dinero a los servicios públicos y sociales que necesita la sociedad. La situación en que está la sanidad pública en nuestro paÃs, la educación o los servicios sociales a los más ancianos y desfavorecidos es cada vez peor. Esto, aparte de los problemas organizativos y de gestión, viene determinado por el robo que el Estado hace disminuyendo los presupuestos para estos menesteres y sin embargo aumentando las subvenciones, desgravaciones y exenciones de impuestos a los más ricos. No hay más que ver como están las urgencias de nuestros hospitales públicos, la educación con el fracaso escolar o los transportes públicos.

Nosotros vamos a votar "no" en el referéndum. Pero nuestro "no" a la Constitución, no es un no a la unificación de Europa, al contrario.

¿Será la unificación de Europa un progreso?

Somos militantes comunistas y luchamos por una transformación radical de la sociedad, que expropiarÃa a los grupos capitalistas y eliminarÃa su verdadera dictadura sobre la economÃa. Es evidente que las distintas fases de la unidad europea siempre se hicieron para defender los intereses de las burguesÃas europeas. Pero pensamos, sin embargo, que la supresión parcial o total de las fronteras y la unificación de Europa es un progreso.

Es evidente que la unificación de Europa nunca se ha dirigido en el sentido de realizar los cambios sociales y polÃticos que nos parecen la base de un verdadero progreso de la sociedad. Las distintas formas de Unión Europea desde 1951, siempre se hicieron para defender los intereses de las burguesÃas europeas. No obstante pensamos que la supresión parcial o total de las fronteras y la unificación de Europa es un progreso.

Los actuales Estados europeos son el producto de la historia de varios siglos en los cuales las distintas burguesÃas se han constituido y construido su poder. Esto se ha hecho enriqueciéndose con el botÃn del saqueo del mundo entero y explotando a las clases trabajadoras de sus paÃses, de las colonias y allà donde se establecÃan.

Estas mismas burguesÃas se han enfrentado en guerras para sacar beneficios de la competencia y ocupar los paÃses y los mercados dominados por las burguesÃas rivales. La historia de Europa durante el siglo XIX y el XX, es la historia de la lucha por la dominación de unas burguesÃas imperialistas sobre otras y que se ha librado en una competencia salvaje por el reparto colonial, por conquistar los mercados y obtener los mayores beneficios. Eso condujo a los pueblos a guerras continuas y a las carnicerÃas humanas que fueron las dos últimas Guerras Mundiales.

Las fronteras de los Estados, creadas a lo largo de los siglos, limitan desde hace tiempo las economÃas de los paÃses en un marco demasiado estrecho. Los paÃses europeos y en todo el mundo, no tienen los mercados suficientemente amplios para poder vender sus mercancÃas. Desde hace tiempo las burguesÃas producen para el mercado mundial y necesitan una circulación más libre de mercancÃas y capitales.

Y aunque la Europa actual es una Europa al servicio de los capitalistas, la eliminación de fronteras, de los obstáculos puestos a la circulación de los productos y de las personas, el desarrollo de las relaciones entre los pueblos de Europa es algo positivo. Por una parte porque eso contribuye a ampliar el horizonte a todos los trabajadores que ven que en Madrid, Sevilla o ParÃs, que en Varsovia, Roma o Lisboa, las condiciones de los trabajadores en cualquier paÃs, la explotación que sufren, sus condiciones de vida, o los métodos de la patronal son los mismos. Pueden darse cuenta concretamente que, sea cual sea el paÃs, sus enemigos son los mismos. Pueden ver que tienen intereses comunes con los trabajadores de los otros paÃses. Ven que sus amigos, sus aliados son los trabajadores de los paÃses vecinos. Por tanto es mejor si se puede ir de Sevilla a Ã?msterdam sin tener que mostrar los pasaportes. Y mejor si los trabajadores van de un paÃs a otro y se conocen.

La unificación europea hecha por la burguesÃa pone las bases que nos permitirán a los trabajadores la posibilidad de luchar unidos por nuestros intereses y defendernos de sus ataques. Sabemos que el euro permite a las grandes empresas vender de un paÃs a otro sus mercancÃas sin pagar aranceles, sin cambiar moneda, ganando más dinero. Los trabajadores de una gran empresa como Wolsvagen o Renault en todos los paÃses podrán exigir el mismo salario y las mismas condiciones de trabajo: ¡A trabajo igual salario igual!

Se dice que el euro ha traÃdo una subida de precios tremenda en todos los sectores de consumo y en especial en la vivienda. Posiblemente la entrada de la nueva moneda haya propiciado las subidas que todos los trabajadores notamos en los productos más necesarios y de más consumo. Pero tenemos que tener en cuenta que son las grandes empresas las que dominan los mercados y que éstas son las que subiendo los precios ganan dinero a costa de nuestros salarios y no el euro en sà mismo.

El desarrollo de las relaciones entre los pueblos de Europa es algo positivo. Porque cuando por ejemplo, vienen trabajadores del Este a trabajar a la fresa, nos damos cuenta que todos los trabajadores en cualquier sitio son explotados por la patronal y por lo tanto sea cual sea el paÃs, sus enemigos son los mismos. Mejor si las experiencias se intercambian. Mejor si hay una moneda única que facilita los viajes y los intercambios.

Acordémonos de los perÃodos de luchas sociales, el perÃodo del 36, los años del mayo del 68 y las luchas de los 70, los movimientos sociales tenÃan repercusiones en casi todos los paÃses. Es verdad que ahora no hay estos movimientos. No es lo que ocurre hoy. Pero es el futuro que debemos preparar y éste tiene que venir dado por la unión, la apertura y no el repliegue sobre fronteras que aÃslan a los trabajadores y ponen barreras entre los pueblos.

Hoy el paro, la precariedad, los bajos salarios la degradación de los servicios públicos son la condición de todos. Quizá mañana, el desarrollo de las relaciones entre los trabajadores de los distintos paÃses europeos contribuirá a la unificación de las luchas y a un nuevo renacer del movimiento obrero.

¿Qué es la Unión Europea?

Desde el embrión de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, la CECA en 1951, ha pasado más de medio siglo. Este mercado común que hoy se llama Unión Europea se formó a través de distintos Tratados internacionales. Tratado de Roma en 1957, Acta Ãnica en 1985, Maastricht en 1992, tratado de Ã?msterdam en 1997, sin hablar del actual y vigente tratado de Niza. Al compás de estas décadas se ha realizado un mercado común de las potencias imperialistas, o sea la eliminación de las barreras arancelarias, la moneda única, la instauración de algunas instituciones polÃticas. De los seis paÃses del Tratado de Roma a los 25 paÃses de hoy, cada ampliación se ha acompañado de modificaciones en el método de funcionamiento de las instituciones europeas.

Y en cada nueva ampliación ha tomado vigencia el problema de cómo tomar las decisiones. La entrada de España, Portugal y Grecia suponÃa, por ejemplo, el problema para Francia de la competencia en el terreno agrÃcola. Además habÃa que modernizar las estructuras que permitiera poder ampliar los mercados. En este sentido el aproximadamente el 5% del presupuesto de cada paÃs se emplea para el presupuesto de la Unión que se repartirá a través de las subvenciones agrÃcolas, y los fondos estructurales fundamentalmente. Estas subvenciones permitirán crear una red de transporte en toda la Europa de los 25, para la libre circulación de mercancÃas.

Hasta ahora las subvenciones a la agricultura, ganaderÃa y pesca y de los fondos estructurales han permitido modernizar las infraestructuras. La PAC (PolÃtica AgrÃcola Común) en nuestro caso, ha permitido el enriquecimiento de los grandes terratenientes pues las subvenciones por la producción y por las hectáreas han beneficiado al que más tiene. Las subvenciones de la UE alcanzaron en 1995 el 30,9% del total de la renta agraria que en su mayorÃa va a parar a manos de los terratenientes. Ahora en febrero se repartirán 3.200 millones de euros en subvenciones a la agricultura y ganaderÃa que se darán a razón del número de hectáreas y las toneladas de producción. Muchos terratenientes ganan millones sólo con estas subvenciones sin preocuparse del producto, incluso dejándolo sin recolectar.

Es asÃ, por ejemplo que a partir del Tratado de Ã?msterdam en 1997 la unanimidad necesaria para la toma de las decisiones en estos ámbitos económicos fue sustituida por un sistema de mayorÃa cualificada. Esta mayorÃa cualificada determinaba un diferente número de votos diferentes según los paÃses. Francia y Alemania tenÃan más votos en una consulta que España o Grecia. Todo se concebÃa para dar a las tres grandes potencias la posibilidad de bloquear las decisiones que rechazaban.

Las instituciones debÃan proteger los intereses de las burguesÃas más potentes y garantizar la dominación de los paÃses más ricos en Europa. La Constitución que se nos propone hoy va exactamente en la misma dirección. Se concibió para garantizar los intereses y el predominio de los Estados más ricos en el momento en que Europa se amplÃa, integrando a nuevos paÃses entrantes a los que no se quiere dar realmente igualdad de derechos y poderes porque son paÃses más pobres.

¿Qué dice la Constitución?

Se ha distribuido ampliamente esta Constitución de muchas páginas. Y es muy difÃcil resumir y entender lo esencial de esta obra de los representantes de las grandes sociedades del capitalismo europeo que quieren salvaguardar y aumentar sus beneficios. Todo el texto es un galimatÃas jurÃdico, pues a ellos no les importa los trabajadores, los ciudadanos de a pié, lo que somos y como vivimos, lo que queremos y las soluciones a nuestros problemas. No han hecho un texto para las gentes sencillas. Han hecho un texto para abogados y picapleitos de las grandes empresas, de los bancos y de los estados.

Sin embargo varias cosas quedan claras. La propaganda del gobierno a favor del sÃ, nos habla de los derechos democráticos que se recogen, de los objetivos humanistas y de progreso social que se propugnan y de todas las bondades habidas y por haber. Pero en realidad es el poder para organizar y mandar, los intereses de las clases sociales dominantes lo que distingue la palabrerÃa de la realidad. En nuestro caso el acuerdo acordado entre los 25 define muy claramente a través de las competencias de la UE y las mayorÃas de decisión, quiénes tienen el poder y a quiénes sirven.

Todo está hecho para que el poder de decisión esté y quede entre las manos de los Jefes de Estado en el caso del Consejo Europeo y las de los Ministros de los 25 para el Consejo de Ministros. Todo está pensado para que la Comisión Europea, verdadero Gobierno elegido por los Gobiernos de los paÃses por mayorÃa de los dos tercios, quede en manos de las principales potencias.

A través de los medios de comunicación nos hablan de las "democráticas" instituciones de la Unión. Hay un Parlamento Europeo formado por sufragio universal a partir de elecciones de cada paÃs. ¿Sus leyes aprobadas por mayorÃa, sus directrices polÃticas serán ejecutadas? ¡En absoluto! Serán el Consejo Europeo y la Comisión Europea la que determinarán por unanimidad, por mayorÃa cualificada y con derecho de veto, los que determinen en las competencias la ejecución de las polÃticas. Y no son órganos emanados del Parlamento Europeo. Son los jefes de Estado, en el caso del Consejo Europeo, los ministros de los 25 en el Consejo de Ministros, o la Comisión Europea, verdadero gobierno, que será elegida por los gobiernos de los paÃses a razón de una mayorÃa dos tercios.

En cuanto a los derechos sociales y libertades en todas nuestras constituciones formalmente están recogidos ya. Es más, derechos sociales que están recogidos en algunas constituciones de paÃses europeos ni aparecen. Pongamos algunos ejemplos: no aparece el derecho a la huelga de los trabajadores europeos, el derecho al divorcio o al aborto y ni siquiera se establece un salario mÃnimo europeo. Y esta es la realidad: las competencias y la salvaguardia de los intereses del capital y sus negocios y la preservación de las decisiones de cada burguesÃa y de su estado a través de los órganos decisorios, es el objetivo de este tratado para la Constitución europea.

De todas formas como cualquier constitución de nuestros paÃses, sus declaraciones en pos de las libertades, de la paz y de la justicia tienen sus lÃmites en la propiedad privada de los medios de producción, que verdaderamente sà acuerdan y garantizan. La propiedad privada es la que de verdad determina la naturaleza de la sociedad y el poder real del capital. Entre los contenidos fundamentales está la constitución de un mercado, la libre competencia y el poder de los grandes Trust y empresas en todos los paÃses para hacer y deshacer a su antojo.

Más allá de toda la declaración de derechos y de buenas intenciones para la humanidad, lo que define sobre el papel esta llamada Constitución, son las competencias, y la manera de ejecutarlas, es decir la toma de decisiones, que es lo que realmente se ha modificado. En estos contenidos se van a determinar los apartados donde los paÃses van a hacer y deshacer. Y estas competencias exclusivas, determinadas en el tÃtulo III de la Parte I, son la unión aduanera, el comercio común, la polÃtica monetaria y la conservación de los recursos marinos para la pesca. Las competencias compartidas con los Estados necesitan un acuerdo con ellos y se refieren a los ámbitos nacionales y tienen que ver con la economÃa. De toda la Constitución sólo en la parte III hay un capÃtulo sobre polÃtica social que no les obliga a nada.

Todo el sistema y el mecanismo de la toma de decisiones importantes está destinado a imponer que cuando las decisiones no pueden tomarse por unanimidad, los diferentes paÃses no tengan el mismo peso. Se ha definido un sistema de mayorÃa cualificada que establece que los acuerdos podrán adoptarse con una mayorÃa del 55% de los paÃses a condiciones que representan un 65% de la población total de toda la Unión Europea. Y para cerrar aún un poco más el sistema, será posible que una minorÃa de cuatro paÃses puedan bloquear las decisiones.

¿Porqué se hace el tratado para la Constitución Europea?

A partir del tratado de Amsterdan en 1997 la unanimidad en las decisiones de los asuntos económicos se cambió por una mayorÃa cualificada en ciertos sectores como por ejemplo la creación de empresas comunes o el desarrollo tecnológico. Esta mayorÃa cualificada se cifraba en un número de votos por cada paÃs, pero que en todo caso las tres grandes potencias europeas podÃan bloquear cualquier decisión que no le interesara. El tratado de Niza avanzó en este sentido. Pero habÃa que resolver el problema de la ampliación a 25.

Este Tratado para la Constitución europea obedece a los intereses de las burguesÃas que al integrar a nuevos paÃses necesitan acordar nuevas formas de acuerdo que no lesione los intereses. En realidad, desde 1951 la evolución de las instituciones supranacionales creadas y sus sucesivas ampliaciones son la historia de los acuerdos entre los distintos estados.

Con los nuevos paÃses habÃa que ponerse de acuerdo en cómo tomar decisiones. Después de la caÃda del glacis soviético, las grandes empresas europeas se introdujeron comprando a bajo precio sectores productivos enteros. Por ejemplo Wolvagen compró Skoda, la clásica empresa automovilÃstica de la antigua Checoslovaquia. Los 10 paÃses ahora integrados responden precisamente a los intereses del capital que necesita beneficiarse integrándolos en la Unión europea. Ahora bien con la entrada de los paÃses del este europeo, se ha planteado el siguiente problema: para actuar sobre las decisiones a tomar en las competencias de la Unión es necesario, sin que las burguesÃas de los paÃses más poderosos y la de los menos pierdan, que la unanimidad requerida y que anteriormente les ha servido, no impida el ejercicio del poder y bloquee sus decisiones.

¿Qué pretenden el gobierno y los polÃtcos con el referéndum?

La convocatoria electoral va a permitir refrendar el Tratado para la Constitución Europea. Con el referéndum pretenden dar carta de naturaleza democrática al acuerdo entre los 25, en un remedo de aceptación popular. Nos intentan "vender la moto" del progreso de esta Constitución cuando no es más un tratado para ampliar el mercado a 25 paÃses y repartirse sus ganancias las grandes empresa.

Tanto el PSOE como la derecha del PP están de acuerdo y piden el sÃ. También la patronal y los dirigentes de los sindicatos CCOO y UGT. Sin embargo entre bambalinas está el juego electoralista de cada uno de ellos. Pero al igual que en cualquier elección polÃtica, se juegan también otros envites, como es el grado de apoyo y credibilidad del gobierno y la relación de fuerzas con la oposición. Por eso, el gobierno comenzó una campaña institucional que bajo la coartada de potenciar la participación, está apoyando el sÃ. Actores, futbolistas, escritores, todos ellos conocidos, están proponiendo a la población el voto afirmativo.

Aznar ya ha dicho que el tratado de Niza era más favorable para España. Felipe González ha sido de la opinión de que no se deberÃa haber realizado la consulta, pues puede desgastar a Zapatero. Todo el mundo sabe que parte de la derecha espera cierto fracaso ya que serÃa un fracaso de Zapatero. Aunque Rajoy ya ha dicho que hay que votar sÃ, no todos están por la labor y tanto Acebes como los otros dirigentes no cesan de atacar al gobierno aprovechando la campaña electoral. De hecho la ex ministra Palacios ha tenido que decir públicamente de cara a sus afiliados y electorado que voten afirmativamente, que no se abstengan que en Europa "nos jugamos mucho" y no es el momento de castigar con el no a zapatero.

Pero un verdadero debate no está existiendo y aunque el sÃ, está asegurado a priori, no lo es tanto la participación. Combatir la abstención puede propiciar un voto afirmativo masivo. En realidad el gobierno no estaba obligado a refrendar en las votaciones del 20 de febrero el acuerdo tomado con el resto de los paÃses de la Unión. Si lo ha hecho es por la razón de obtener una garantÃa popular y obtener un plus de apoyo electoral.

Zapatero ha tratado de dar una imagen de progreso, de tolerancia, dialogante y liberal opuesta a Aznar. Entre la intelectualidad la idea de Europa ha significado tradicionalmente el triunfo de las ideas liberales y democráticas. Una Europa fuerte opuesta a EEUU es lo que se necesita para defender el progreso social. Por eso Zapatero entre sus primeras reacciones en el gobierno ha sido "volver" a Europa y hacerse la foto con Chirac y Shöreder para contraponerla a la famosa foto de las Azores de Aznar con Bush. Por eso también la idea de Europa, los beneficios de nuestra entrada en 1986 en la UE, la democracia, las libertades etc., la utiliza Zapatero para contraponerse a la polÃtica del PP y llevada a cabo por Aznar. Asà el referéndum se le presenta como la ocasión para expresar su "vuelta" a las ideas europeÃstas de progreso.

Europa y el europeismo ha sido tradicionalmente el campo de los progresistas en España. La dictadura de Franco resumÃa todo el tarro de las esencias del pensamiento reaccionario español y en estas ideas Europa "terminaba en los Pirineos". El nacionalismo carpetovetónico, unÃa monarquÃa e integrismo católico, colonialismo en la más pura tradición reaccionaria del antiguo régimen. Aznar y su partido son deudores y hacen guiños a este pensamiento reaccionario. Cuando en una universidad norteamericana el ex presidente Aznar dice que España está en el punto de mira del terrorismo islámico, no por la guerra de Irak, sino por la reconquista del AL - Andalus en el siglo XV, está ni más ni menos que expresando este pensamiento reaccionario. Su posición respecto a la guerra de Irak, posicionándose con EEUU y dando la espalda a Francia y Alemania, se ha utilizado por los socialistas como un rechazo de esta Europa unida e independiente de los EEUU.

Pero aunque Zapatero intente pasar lo negro por blanco, la verdad es que tanto los intereses de la derecha del PP, como los que defiende en última instancia Zapatero son los mismos y no es casualidad que con todos los matices que queramos, el sà unido del PP y el PSOE significa la defensa de los intereses de la burguesÃa. Cada uno en su papel polÃtico uno, el PP defendiendo las esencias hispanas, el otro, el PSOE, el de la burguesÃa "liberal", buscan garantizar "democráticamente" el tratado firmado con el sà y en este juego electoral, de refrendarse con votos y esgrimirlos como su fuerza.

¿Esta Constitución aumentará más la explotación de los trabajadores?

Las constituciones como las leyes en general son ordenamientos jurÃdicos de los paÃses y de la sociedad. En ellas se protege los intereses de los más poderosos y del capital a través de la propiedad privada. Es verdad que en Europa siempre hay unas declaraciones de derechos y libertades que actualmente se mantienen. Pero éstos derechos están determinados por la realidad social de quienes detentan realmente el poder a través de la propiedad privada de los medios de producción. Pues la sociedad y los trabajadores no controlamos, ni decidimos sobre el mundo del trabajo, sobre la economÃa y en general en todos los aspectos sociales y de nuestras vidas. Es un falseamiento de la realidad quieren hacernos creer que por unas elecciones decidimos y que las constituciones nos protegen.

DÃa a dÃa los trabajadores estamos sometidos a nuestros jefes y a la patronal que es quién decide. Y es la burguesÃa de cada paÃs y sus gobiernos los que verdaderamente deciden en la lógica del capital: ganar más dinero. Nuestros gobiernos, nuestros empresarios nos quieren hacer creer que son las instancias europeas, sus normativas, las nos obligan a tomar medidas contra los trabajadores. Asà se sacuden el problema, desvÃan la atención del verdadero enemigo y te mandan la pelota al tejado que les interesa.

Pero sÃ, son ellos los que justificándose en la UE los responsables. En luchas como la de los Astilleros, Izar, se ha puesto en evidencia el papel que juegan los gobiernos a qué intereses sirven y el papel de la UE. Para el gobierno la justificación para recortar plantillas de Izar y cerrar las factorÃas era, entre otros argumentos, la exigencia de la UE que impedÃa las ayudas públicas. Pero ya Pedro Solbes habÃa pactado con la comisión correspondiente de la UE el proceso de recorte y venta de los Astilleros. Son los intereses de las navieras, petroleras y demás grandes empresas que buscan barcos baratos a costa del empleo, de los salarios y con mayor precarización del trabajo. Es sintomático que se gasten 1.300 millones en prejubilar a 4.000 trabajadores y las deudas de Izar estuvieran en torno a los 1.000 millones.

Es contra de la patronal, contra estos gobiernos contra los que hay que luchar y no contra unas instituciones abstractas y unas hojas de papel que tienen escrito Constitución. Y esta Constitución no va a proteger a los trabajadores de estos ataques, puesto que ninguna Constitución que consagre la propiedad privada y hecha por la burguesÃa va a hacerlo. Es el capitalismo encarnado en cada clase dominante que hay en nuestros paÃses al que hay que combatir.

¿Por qué votaremos no en el Referéndum?

Votaremos NO en este referéndum porque la Constitución Europea no aportará nada a los pueblos de Europa. Nada a los que producen las riquezas, los trabajadores. Nada a las clases populares.

En primer lugar, como acabamos de verlo, está destinada a garantizar a las grandes potencias capitalistas occidentales de Europa la soberanÃa económica sobre los paÃses pobres del este de Europa. Una soberanÃa económica que ya tienen, pero que será duplicada y garantizada por una soberanÃa jurÃdica.

Estas potencias occidentales que ya dominan las fábricas, los bancos, los comercios de paÃses del Este, son incapaces de garantizar a los trabajadores de esta parte de Europa el mismo nivel de vida que en los paÃses europeos más ricos.

La constitución multiplica los reglamentos para regular el comercio. Tiene por objeto unificar los derechos del capital a escala del continente pero no el derecho de los trabajadores, no el derecho de las personas, no el derecho de los seres humanos.

A nivel social, ni siquiera define el derecho de los trabajadores a hacer huelga. No toma parte por una alineación de los derechos de los trabajadores de todos los paÃses sobre las legislaciones más avanzadas. No impone un derecho común de trabajo que proteja a los trabajadores de los diferentes de Europa.

Más aún, los redactores de esta constitución no quisieron oponerse a las fuerzas más reaccionarias, ni al peso de la Iglesia sobre la sociedad. Reconoce por ejemplo el matrimonio pero no el divorcio. No reconoce a las mujeres el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo. Este derecho estará pues en muchos paÃses reservados a los ricos que pueden pagarse el viaje para ir al paÃs donde el régimen es más tolerante.

Por todo esto,

SÃ, queremos una Europa sin fronteras.

SÃ, queremos una Europa unida, fraternal, sin fronteras, para que los trabajadores de todos los paÃses de Europa nos conozcamos, nos pongamos de acuerdo, y llevemos juntos luchas para imponer nuestros derechos.

Pero NO esta Europa hecha por los ricos y los poderosos, contra los trabajadores y los pobres.

Por eso votaremos NO, y claramente NO a esta Constitución Europea.