Reino Unido: Asesinando nuestras condiciones de trabajo

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Septiembre de 2022

Durante estas tres o cuatro décadas de evasión de la huelga por parte de las direcciones sindicales, la patronal se ha salido con la suya. Sobre todo, como cualquiera puede ver, han matado el empleo permanente a tiempo completo.

Y ahora, debido a la legislación de emergencia de Johnson, son precisamente los trabajadores temporales los que, contratados bajo “contratos” precarios por la plétora de agencias nocturnas de hoy en día, están destinados a ser utilizados como un arma por la patronal contra las huelgas. Como si llevar a los trabajadores de las agencias, totalmente desconcertados, a las estaciones de ferrocarril y a los centros de correo pudiera evitar que se produzcan huelgas. Como si los trabajadores cualificados pudieran ser sustituidos a la primera de cambio.
Pero también se han eliminado otras condiciones. Lo más significativo es que los trabajadores han perdido el “derecho” a una jornada de 8 horas. La reivindicación histórica de los fundadores del movimiento obrero, como Tom Mann, articulada en el siglo XIX -8 horas para el trabajo, 8 horas para el ocio y 8 horas para dormir- está casi olvidada.

En lugar de oponerse automáticamente al trabajo en horas extras e insistir en que hay suficientes trabajadores para hacer el trabajo en una jornada laboral “normal”, y con un salario adecuado, los representantes sindicales ofician sobre la asignación de horas extras de trabajo, incluso argumentando el solapamiento de turnos y el trabajo de fin de semana, para compensar los salarios.

De hecho, a pesar de haber firmado la directiva de la UE sobre el tiempo de trabajo (¡ya no, por supuesto!), los trabajadores británicos seguían trabajando las horas más largas de Europa: todo lo que tenía que hacer la patronal era pactar límites en las negociaciones con los líderes sindicales. Éstos lo firmaron obedientemente, firmando así también una orden para la muerte prematura de muchos trabajadores…

Sin embargo, al colaborar una y otra vez, las burocracias sindicales también acabaron minándose a sí mismas. Los jefes redujeron el número de trabajadores e incorporaron condiciones de “trabajo” ocasional incluso en los bastiones tradicionales del sindicalismo, como las grandes fábricas de automóviles… Así que, citando el boletín estadístico del gobierno: “…la proporción de empleados del Reino Unido que estaban afiliados a los sindicatos cayó al 23,1% en 2021… Esto representa la tasa de afiliación sindical más baja de la que se tiene constancia”.

Los trabajadores están viendo como éstos dirigentes sindicales ya no les defiende, han abandonado la lucha contra la patronal y eso les ha supuesto “redescubrir” la única arma eficaz que tiene la clase trabajadora: ¡la huelga generalizada!

Traducido de worker’s fight.org