Los paraísos fiscales cuestan vidas

Εκτύπωση
Febrero de 2018

A partir de una filtración masiva de documentos, se ha podido revelar la trama urdida para burlar obligaciones fiscales por parte de grandes fortunas y, sobre todo, multinacionales. Esta investigación, que se llevó a cabo por 382 periodistas de cien medios de comunicación, desvela el modus operandi de los más poderosos para evadir impuestos. Desde el presidente Santos (reciente Nobel de la paz) hasta la Reina de Inglaterra, 127 líderes mundiales y multitud de grandes empresas figuran en los “Papeles del Paraíso” junto a estrellas del deporte, la música…

Pero centrarse en las influyentes personalidades, desveladas, sería quedarse en la punta del iceberg, ya que, por encima de la Reina Isabel II, Hamilton o Shakira, los “Papeles del Paraíso” desvelan los movimientos de grandes empresas que evitan, de forma industrial, pagar impuestos. Esto hace que la contribución de los grandes empresarios al total de la recaudación sea cada vez menor. Por lo que la financiación del Estado recae, cada vez más, en los trabajadores. La evasión fiscal cuesta a cada contribuyente, en España, una media de 2.000 euros al año (166 euros mensuales).

Estas prácticas volatilizan el sentido de la justicia alimentando la corrupción y debilitando gravemente la financiación de servicios públicos. Unas prácticas que tienen efectos devastadores para la lucha global contra la pobreza. Por cada euro, de ayuda, que reciben los países ricos, los pobres devuelven 24 € en forma de pago de la deuda, beneficios por inversiones y, muy especialmente, por la fuga de capitales a través de prácticas de evasión fiscal. Según Oxfam Intermon, la evasión fiscal ocasiona pérdidas en los servicios públicos y la lucha contra la pobreza, en los países más vulnerables, de no menos de 100.000 millones de dólares anuales.

Con el dinero que pierden, los países en desarrollo, con esta ingeniería fiscal, se podría dar asistencia para salvar 6 millones de vidas al año y escolarizar a 124 millones de niños. La desigualdad global tiene un claro aliado en la figura de los paraísos fiscales; son el agujero negro de las oportunidades de desarrollo de millones de personas en el mundo. Y el sistema fiscal, como parte de la estructura del Estado, no está sirviendo para reducir la desigualdad, al contrario, contribuye a perpetuar un sistema económico que solo sirve para unos pocos, mientras a muchos les cuesta la vida.