Los nuevos presupuestos del Estado y el mismo cinismo

Εκτύπωση
enero 2015

A pesar de que Rajoy ha declarado "oficialmente" que la crisis ha acabado, Montoro opina que hay que seguir conteniendo el gasto público. Saldremos más reforzados de la recesión cuanto más recortemos el gasto público, ha venido a decir en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 2015.

Y como su cinismo no tiene límites, declara a la prensa que con la aprobación del Presupuesto se ha visto reforzada la democracia puesto que ha admitido enmiendas; a muchos puede parecer que Montoro se ríe de los españoles con estos comentarios pues de las 8000 enmiendas presentadas tan solo ha admitido 9.

Los datos de paro siguen siendo demoledores; España ocupa el vergonzoso segundo puesto en desigualdad en Europa después de Letonia; 2,7 millones de menores viven en pobreza en nuestro país. Distintos informes coinciden en señalar que alrededor de un 25% de españoles se encuentra en situación de exclusión, que tener un trabajo hoy día no significa tener las necesidades básicas cubiertas y que esta "pobreza laboral" afecta a un 15% de los trabajadores.

A pesar de esta cruda realidad en los nuevos Presupuestos el gasto social queda prácticamente congelado, a pesar de que ya estaban muy debilitados en los años anteriores. El gasto en prestaciones de desempleo, por ejemplo, supondrá 25.300 millones, un 15% menos que lo que se ha destinado en 2014. Dice Montoro que esto es así porque habrá una mejor evolución del empleo; y no conforme con ello también baja -casi un 31%- la parte que aporta directamente el Estado al Servicio Público de Empleo.

El gasto en Educación asciende un tímido 4,5% respecto a 2014; el dinero destinado a las primeras edades, infantil y primaria se mantiene, pero para las universidades el tijeretazo es de casi 2 millones de euros, un 4,5% menos que en 2014. Y aunque aumenta el dinero para becas, los programas de ayuda para los alumnos más desfavorecidos, aquellos destinados a compensar las desigualdades de partida, prácticamente quedan eliminados, bajando su presupuesto en exactamente un 90,2%.

O sea, nuevos presupuestos para hacer la misma política.