Tras las elecciones del 14-M, el cambio socialista: la otra cara de una misma política al servicio de la burguesía

Εκτύπωση
Junio 2004

Las elecciones del 14 de marzo ha dado como resultado la victoria del PSOE y por mayorÃa absoluta en las elecciones autonómicas en AndalucÃa. Después de 8 años de gobierno de la derecha, el vuelco electoral ha supuesto la pérdida del gobierno por el PP con una pérdida en escaños parlamentarios y en votos. Izquierda Unida, ha mantenido el número de votos, con un leve descenso, debido a la alta participación electoral y el voto masivo al PSOE. También hay que destacar el aumento de Ezquerra Republicana de Cataluña. De 1 parlamentario ha pasado a 8, con un aumento de 500.000 votos. Sin ser significativos los resultados, el resto de formaciones nacionalistas de las regiones y nacionalidades se han mantenido en número de votos o crecido, exceptuando a C i U, que ha perdido votos y 5 escaños.

Para mucha gente la sorpresa de estas elecciones ha sido la victoria de Zapatero y la derrota de Aznar. Las encuestas, con toda la cautela que hay que tener en estos casos, daban la victoria por la mÃnima del PP, o el empate y muy pocas, la victoria de Zapatero. Hasta la matanza de Madrid la opinión generalizada era la victoria ajustada del PP y Rajoy. Zapatero, el Bamby socialista - mote dado por Alfonso Guerra -, no aportaba el carácter necesario para desbancar al PP del gobierno, no habÃa logrado desembarazarse de la pesada carga de polÃtica antiobrera y corrupta del PSOE. Más aún, se ha reclamado siempre como continuador de la polÃtica de Felipe González.

El objetivo de Zapatero era mostrar a la opinión pública que estaba contra la guerra de Irak, que traerÃa las tropas si el 30 de junio la ONU no tomaba el mando. Que era un hombre dialogante y honesto que realizarÃa sus promesas. En la campaña electoral buscaba una imagen distinta a Aznar. Su "talante" moderado y democrático, dialogante y de buen chico, no habÃa conseguido encandilar a grandes masas, ni despertar ilusiones de cambio.

Sus promesas respecto al mundo del trabajo no han pasado de la mera promesa ambigua de reducir la temporalidad y la precariedad, de frenar los accidentes laborales. Respecto a las polÃticas económicas y sociales, anunciaban que mantendrÃan la polÃtica de equilibrio presupuestario, el déficit cero del PP, en definitiva, el mantenimiento de una polÃtica de austeridad en los gastos públicos que como todos sabemos quiere decir austeridad en los gastos sociales.

La gran patronal estaba encantada con el programa económico. En Enero cuando presentaron sus propuestas fiscales los socialistas, el Circulo de Empresarios a través de su portavoz Vicente Boceta lo adjetivó de "maravilloso".

Y eso que la polÃtica de Aznar habÃa golpeado duramente a los trabajadores en lo económico y social, habÃa envalentonado a la gran patronal y despreciado a la voluntad del pueblo ante la guerra de Irak y el chapapote gallego, o la polÃtica educativa y de apoyo a la Iglesia.

La victoria de Zapatero no ha sido debida al entusiasmo de la población, pues los socialistas no habÃan despertado ninguna ilusión por el cambio, ni siquiera con ninguna medida social a favor de los trabajadores y más pobres, o para resolver los problemas del mundo del trabajo, ya fueran concretas como pudieran ser medidas de ayuda a los trabajadores de Astilleros o Altadis, ya fueran generales en contra de los despidos o deslocalizaciones. Incluso la retirada de tropas de Irak no era creÃble.

La victoria de Zapatero se ha debido al descrédito del gobierno del PP, a la polÃtica derechista de Aznar y al colmo que desbordó el vaso de la paciencia popular: la manipulación informativa, el desprecio que supuso al pueblo, todo lo ocurrido tras el atentado terrorista del 11 de marzo en Madrid. Esto último generó la movilización popular de los votantes de izquierda que no se abstuvieron y votaron para echar al "bigote", para echar a la derecha del gobierno. Fue la fracción de votantes de izquierda que se abstiene ante el desolador panorama de la izquierda, lo que hizo que Zapatero se convirtiera en presidente.

La herencia de la derecha...

La propaganda de la derecha se ha basado en el mensaje de estabilidad y crecimiento económico. Sus voceros no han parado de resaltar la creación de riqueza, la disminución del paro, la disminución de impuestos y el estado de bienestar general de la población.

Pero en realidad los 8 años de Aznar, el aznarato como algún historiador denomina con sorna a este periodo, han sido la creación de riqueza para la patronal y los ricos, la sobreexplotación y la precariedad para más del 50% de la población trabajadora, los aumentos de los accidentes y muertes en el tajo. En el terreno de los asuntos sociales el gobierno de Aznar ha hecho todo lo posible por disminuir las ayudas a las familias más necesitadas, las pensiones y el salario mÃnimo interprofesional.

Lo mismo ocurre con la violencia contra las mujeres cuyas medidas de apoyo económicas y sociales son ridÃculas. El gasto social es el más bajo del PIB de la UE. Una herencia de una polÃtica contra los trabajadores y de regresión social. Esta herencia contra los trabajadores tiene los jalones de lucha en las movilizaciones contra el decretazo, las huelgas contra los cierres y despidos, además de las luchas contra el Prestige y la guerra.

Nuestro paÃs se encuentra con un crecimiento económico basado en el boom del ladrillo que ha puesto por las nubes los precios de la vivienda e hipotecado a las familias españolas llegando a sobrepasar el 40% y el 60% del presupuesto familiar. Esta subida de precios no se puede explicar más que por la especulación inmobiliaria provocada y atizada por el gobierno, los ayuntamientos y el sistema financiero que mantiene las hipotecas con bajos intereses. Los informes económicos del Banco de España, de las organizaciones supranacionales - como la OCDE- alertan sobre estos precios inflados sobre el valor real creando una burbuja especulativa que puede estallar en el momento que suban los intereses del dinero.

Este crecimiento basado en la construcción mantiene cierta actividad económica y la creación de empleo precario. Cuando se habla de disminución del paro no se tiene en cuenta los sectores obreros que son eliminados de las encuestas. Asà si se dice a voz en grito que se ha pasado del 23% en 1995 al 11,3 en el primer trimestre de 2224, no se dice que en el porcentaje de paro registrado en las oficinas del INEM no se contabilizan a los estudiantes que buscan empleo, ni a los jornaleros temporales del campo.

Oficialmente hay registrados más de 1,7 millones de parados, pero no se cuentan los más de 2,1 millones de trabajadores porque son estudiantes o jornaleros temporales. En total serÃan más de 3 millones de parados que se maquillan y ni siquiera en la EPA, con 2,1 millones de parados, aparecen.

Este crecimiento económico se ha hecho a base del enriquecimiento de las patronales de los sectores de la construcción y de los servicios, que son los que más crecen, pero también en el resto de sectores productivos. Si la media oficial de temporalidad está en el 32%, de una población trabajadora de 16,8 millones, y los parados reales están en los 3 millones, nos encontramos con 9 millones de personas que o están en paro o trabajando en precario. ¡El 50% de la población activa!

Ante esta situación no hay que extrañarse del terrorÃfico record de muertes en accidentes de trabajo. 4 trabajadores muertos diarios que coloca a España a la cabeza europea de estos homicidios patronales. En el primer trimestre de 2004 han muerto 222 trabajadores, de los que 60 son en la construcción. Esta situación de sectores de la población española se sostiene fundamentalmente, entre otros factores, por el colchón amortiguador que supone la familia.

... Y la matanza de Madrid

Después del decretazo, el Prestige, las manifestaciones contra la guerra, las leyes educativas regresivas, llegó la manipulación informativa con el atentado del 11-M. El terrorismo de ETA ha sido la justificación polÃtica que ha permitido a la derecha presentarse como defensora de los "valores democráticos". A través de la lucha anti-ETA se agrupaba a la población detrás de la derecha y del gobierno y sus fines polÃticos.

Una vez más la maquinaria propagandÃstica del gobierno comenzó a trabajar con la mentira y la manipulación de la información. Al gobierno le interesaba que el atentado recayera en ETA para asà reforzar sus posiciones antiterroristas y antinacionalistas y trató hasta el último dÃa de ocultar la verdadera autorÃa pues asà se evitaba la conexión con la guerra de Irak, dadas las inminentes elecciones.

El mismo dÃa jueves de la masacre, Ã?ngel Aceves, ministro de Interior, salió a la palestra informativa indicando que el atentado habÃa sido obra de ETA. Preguntado por las declaraciones del portavoz de los independentistas vascos que negaban esa autorÃa y condenaban el atentado - por primera vez lo hacÃan-, respondió diciendo que era una intoxicación informativa.

Por la tarde en una segunda comparecencia indicó que se habÃan encontrado una furgoneta con material explosivo y una cinta caset con versÃculos coránicos. Siguió insistiendo en ETA como autorÃa y que se investigaban varias lÃneas, también la hipótesis de Al-Qaeda. Finalmente el gobierno fue presionando a los medios de comunicación, a las embajadas, a los corresponsales extranjeros para que no se reconociera la autorÃa fundamentalista.

El gobierno convocó una manifestación para el viernes 12 con los lemas contra el terrorismo, la Constitución y la Democracia. Hasta entonces tanto PSOE, como IU, sólo explicaban que habÃa que votar, e ir a la manifestación y todos se pusieron detrás de la "unidad de la Patria", con la derecha y el rey. Pero entre la población, el atentado habÃa conmocionado las conciencias.

Cuando se fue sabiendo, a través de las emisoras de radio y los periódicos, que el gobierno manipulaba la información la indignación popular fue creciendo. Ya en la manifestación la gente gritaba en Madrid "¿quién ha sido?", al paso de la cabeza de la manifestación. En Barcelona Rodrigo Rato y Josep Piqué del PP tuvieron que salir de la manifestación abucheados e increpados por los manifestantes.

Ese mismo dÃa ya se empezó a saber que habÃa pruebas que demostraban que la autorÃa era de los fundamentalistas. Al dÃa siguiente sábado, el gobierno seguÃa insistiendo en ETA y presionaba a los medios para que no dieran crédito a la versión de Al-Qaeda. Y en esto por la tarde la chispa prendió la llama de la indignación y a partir de espontáneas consignas de manifestación a través de móviles e Internet, miles de manifestantes se concentraron en la sede del PP de la calle Génova de Madrid, exigiendo la verdad antes de ir a votar. La rabia, la indignación de los sectores populares y de izquierda se estaban expresando en la calle.

Horas después, cuando algunas cadenas de radio y de televisión dieron la noticia, las manifestaciones se fueron extendiendo por todas las capitales importantes del paÃs. Varios miles de personas se concentraron en las sedes del PP de Madrid, en Barcelona, en Bilbao, Valencia, Sevilla etc.

La salida por TV de Rajoy denunciando las manifestaciones como ilegales y exigiendo a los partidos que las desconvocaran, enfureció aún más si cabe a los manifestantes y dio publicidad a las concentraciones. Esta salida por televisión fue aprovechada por el PSOE, que contestándole en rueda de prensa, mostró su oposición a la manipulación del gobierno. Desde ese momento el PSOE se convirtió en el único referente electoral de la izquierda para echar a la derecha del gobierno.

Al dÃa siguiente la ira se expresó en las votaciones. Millones de personas votaron para echar "al bigote" y a los del PP. Personas que no pensaban votar, desencantados con la izquierda, la gente en su mayorÃa se desplazó a votar para echar al PP. El atentado conectó a los millones de manifestantes con la guerra de Irak, y la manipulación, el desprecio y las mentiras del gobierno. Ãstas habÃa que hacérselas pagar de alguna manera ante los cuerpos aún calientes de los trabajadores inocentes asesinados. Los trabajadores habÃan correctamente asociado los atentados criminales a una polÃtica no menos criminal del gobierno del PP.

El atentado cambia los resultados electorales

El mantenimiento de la mayorÃa de la derecha, perdiendo la mayorÃa absoluta y un aumento de los socialistas era lo que preveÃan las encuestas. El ánimo que se palpaba en la calle corroboraban estos augurios. Pero los últimos acontecimientos provocados por la masacre de Atocha en Madrid supusieron un vuelco en todas las predicciones y los resultados. Es evidente que el aumento de la participación electoral, la llegada en masa de votantes, ha desequilibrado la balanza a favor del PSOE. El record de participación sólo es comparable a las elecciones generales de 1982 donde los socialistas liderados por Felipe González obtuvieron la mayorÃa absoluta parlamentaria. Esta alta participación ha protagonizado la ira popular que ha hecho pagar en las urnas a Aznar y su partido su polÃtica antiobrera y la guerra de Irak.

A pesar de los resultados desfavorables para el PP, los más de 9,6 millones de votos prueban la fortaleza de la derecha. Sectores de la derecha y de la pequeña burguesÃa conservadora han visto en el partido de Aznar, la organización de la estabilidad y del mantenimiento de un nivel de vida, acorde con las tradiciones de fiesta y sacristÃa. Pero también para sectores de la pequeña burguesÃa, a los que no gustaba la polÃtica exterior y la guerra, ni las actitudes autoritarias de Aznar, veÃan que Rajoy proporcionaba cierto cambio en la continuidad de la estabilidad. Lo cual puede ser una explicación para tal afluencia de votos.

La clave de estas elecciones estuvo en la disminución de la abstención. Si comparamos el porcentaje de abstención de 2000 con este año, veremos que ha sido este año uno de los más participativos, desde las primeras elecciones de 1977. El 77,2% votó, suponiendo un aumento respecto a las últimas de más de 2,5 millones de electores. Precisamente los casi 3 millones de votos recibidos de más por el PSOE son los 3 millones de electores que no se han abstenido en estas elecciones generales - 10,6 millones de abstenciones en 2000 y 7,6 millones en 2004-

Otro elemento importante a tener en cuenta son los votos en blanco y nulos, además de la abstención. A pesar de la disminución de la abstención sigue habiendo un porcentaje importante de población que no vota. Más de 7,6 millones de personas en edad de votar no lo hacen. 406 mil lo hicieron en blanco, 150 mil más que en el año 2000. Y más de 261 mil fueron nulos, con un aumento de más de 100 mil respecto a las últimas elecciones generales. Esto nos indica que hay una posición polÃtica de desencanto y que no encuentra una respuesta polÃtica con la cual identificarse.

Los socialistas han obtenido casi 11 millones de votos. El Partido Popular ha obtenido 9,6 millones y perdido casi 700.000. Izquierda Unida mantiene 1,26 millones de votantes perdiendo sólo 5 mil. ERC ha pasado de unos 200 mil votos a 650 mil. El aumento de los nacionalistas catalanes se explica también por el acoso del gobierno del PP que lo acusaba de pactar con ETA y de independentistas. Esto ha hecho que se reaccione contra el PP. Los pobres resultados de IU se explican siempre por el voto al PSOE. Siempre que los socialistas han subido y llegado a mayorÃas, han absorbido a parte de este electorado y más cuando IU ha abandonado ante el electorado de izquierdas el resto de sus señas de identidad que vinculaban o recordaban el comunismo y la clase obrera. No es broma decir que IU es el punto rojo de la izquierda. Izquierda Unida por no tener, no tiene ni el rojo en su anagrama, reducido al punto de la "i". Mantiene un discurso que se diferencia muy poco del PSOE. El mismo Llamazares explicaba su programa como el "verdaderamente socialdemócrata".

Estos resultados explican cómo los sectores de izquierda que se abstienen normalmente, cambiaron el signo electoral. Los atentados de Madrid y la vergonzosa manipulación informativa de estos hechos convirtieron estas elecciones en un verdadero plebiscito contra Aznar y su polÃtica. De ahà que Zapatero tenga en estos primeros meses que aparecer con el nuevo "talante", con sus promesas cumplidas, con el "no nos falles" y trate de ganar la credibilidad que no ha tenido y convertirse en un bamby de acero, como lo presentó en su autobiografÃa Alfonso Guerra.

¿Qué podemos esperar del psoe, un partido que se dice socialista pero con una polÃtica al servicio de la burguesÃa?

La historia reciente de la socialdemocracia española es la historia de un engaño. Las ilusiones despertadas en 1982 se convirtieron en amargura poco tiempo después. El desencanto de parte del electorado de izquierdas con el PSOE habÃa hecho que éste perdiera las elecciones en 1996 después de 14 años de gobierno. Este desencanto era producto de su polÃtica a favor de las clases dirigentes y burguesas. En los años 80, en sus primeros gobiernos, los socialistas habÃan llevado una polÃtica de reconversión industrial que redujo la población trabajadora en más de 2 millones de trabajadores y convirtiendo en verdaderos desiertos industriales regiones enteras.

El paro llegó al paroxismo de la cifra de 3 millones, mientras la banca y las grandes empresas obtenÃan beneficios escandalosos. Esta época fue llamada popularmente del "pelotazo". Las comisiones por las corruptelas estatales, el pago a la gran banca de sus pérdidas con dinero público, las subvenciones a las multinacionales y las privatizaciones de las empresas estatales hizo que los negocios de la burguesÃa llegaran a extremos increÃbles. Por otra parte poco a poco la precariedad fue abriéndose paso en el mercado laboral con los contratos basura que los socialistas fueron los primeros en realizar.

La corrupción de sus polÃticas y de sus polÃticos, sus ataques contra los trabajadores, hicieron que sectores obreros y los jóvenes fueran refugiándose en la abstención. Las reacciones en la calle de los trabajadores no se hicieron esperar movilizándose en varias huelgas generales. Del 48,11% del electorado de los socialistas en 1982 se llegó a al 37,63% en 1996. En estos 14 años perdieron millones de votos.

Podemos decir sin temor a equivocarnos que si el PSOE se mantuvo tanto tiempo fue por el miedo a la derecha, primero Alianza Popular con Manuel Fraga Iribarne, ministro franquista, y después en el Partido Popular con Aznar.

Pero los casos de corrupción, la polÃtica antiobrera del PSOE fue tan dura en estos 14 años que en 1996 perdió, a favor de la derecha de Aznar que con mayorÃa simple ganó las elecciones llevando a cabo una polÃtica de pactos con los nacionalistas vascos y catalanes.

El PSOE e IU creyeron que ante la polÃtica de Aznar recuperarÃan el terreno en las elecciones municipales y regionales. Pero no fue asÃ. La desilusión con los polÃticos de izquierda es todavÃa muy grande en sectores del electorado de izquierda.

Esto explica que después de las manifestaciones contra la guerra, el chapapote y la reforma universitaria y educativa, vinieran las elecciones municipales y terminara en un semifracaso. La izquierda entonces llamó a arrebato y trató de convertir las elecciones locales en un voto contra Aznar. Pero una vez pasadas las manifestaciones, la población trabajadora se encontró con unas elecciones en las cuales tenÃan que votar, si querÃan castigar a la derecha, a partidos como el socialista que habÃa llevado la misma polÃtica que la derecha, incluso en el ámbito local y una Izquierda Unida que no le proponÃa otra cosa que el pacto con los socialistas para echar a la derecha.

Los resultados fueron un jarro de agua frÃa para los socialistas e IU. La gente mantuvo sus posiciones y las votaciones tuvieron una abstención de más del 30%, la derecha perdió votos pero mantuvo posiciones. Aznar habÃa salvado los muebles.

El caso catalán y las elecciones del 14-M

Tanto en las elecciones catalanas, como después en las generales se puso bien a las claras las estrategias nacionalistas, tanto del PP como de los catalanistas que protegiendo sus intereses "patrióticos", mantenÃan los problemas obreros ocultos y fuera de la campaña electoral. En definitiva protegÃan los intereses de las grandes patronales. Y la Izquierda entraba al mismo trapo.

Con las elecciones catalanas, ocurrió lo mismo que con las municipales. Los socialistas no salÃan victoriosos y tuvieron que aliarse con la IU catalana y Ezquerra Republicana de Cataluña para tener el gobierno, desplazando a Convergencia i Unio. ERC se convertÃa en el partido nacionalista y republicano que rentabilizaba los votos de los nacionalistas catalanes y de los descontentos. Los socialistas empezaron a hablar de una España "plural", de reformas estatutarias etc. Preparaban el futuro con el apoyo de los nacionalistas catalanes y de otras regiones.

Ante este nuevo gobierno tripartito, el Partido Popular empezó una campaña de desprestigio tanto de los socialistas como de los nacionalistas de ERC. En un furibundo ataque de nacionalismo españolista, la derecha del PP acusó a los socialistas de pactar con "separatistas" e "independentistas" y de poner en peligro la unidad de España.

La entrevista de Carod Rovira, dirigente de ERC y Conseller en Cap de la Generalitat, con dirigentes de ETA, le proporcionó más munición al PP que se lanzó, en un furioso ataque, a desprestigiar a Carod y a los socialistas. El caso es que la entrevista habÃa sido "filtrada" por la policÃa, que la habÃa grabado en vÃdeo y dada a conocer a un medio de prensa de la derecha: el periódico El Mundo. DÃas más tarde un comunicado de ETA expresando una tregua en Cataluña, echó más leña al fuego. El PP acusó a Carod de hacer pactos con el terrorismo para proteger a Cataluña y mantener al resto del paÃs con los ataques terroristas.

La estrategia del PP quedaba meridianamente clara en las elecciones. Como arma para ganar votos en sus zonas tradicionales, enseñaba el espantajo del separatismo, del terrorismo, oponiendo a los nacionalistas, un no menos peligroso nacionalismo español. Es la misma estrategia que ha realizado en el PaÃs Vasco. Con ello centraba la campaña en la polÃtica que le interesaba, ocultando los problemas reales de la población y de los trabajadores que se polarizaban en estos temas. Esta polÃtica se realizaba a sabiendas que en Cataluña iba a tener una reacción anti PP y una subida electoral, como se evidenció más tarde, de los catalanistas de Ezquerra. Porque de esta manera la derecha mantiene a su electorado en aquellas regiones que le proporcionan votos.

Y mientras esta polémica ocurrÃa Cataluña y en todo el paÃs, una ola de despidos colectivos asolaba la región y los trabajadores protestaban ante los cierres y deslocalizaciones de empresas.

El gobierno catalán no hizo nada más que dar buenas palabras de apoyo y de resignación. El caso de Samsung ha sido significativo. A las preguntas de los periodistas de porqué los trabajadores habÃan aceptado el cierre con un despido de 8.000 euros y la promesa de recolocación contestó un miembro del comité de empresa: "la sugerencia del gobierno de la Generalitat de que negociáramos y pactáramos ha sido concluyente". La derecha habÃa cubierto sus expectativas, protegÃa asà con la ayuda de los socialistas, Izquierda Unida y nacionalistas catalanes"republicanos", los intereses de la gran patronal.

Después de las elecciones, ¿qué?

EL partido socialista se ha presentado con un programa económico de derechas. Presentaba la rebaja de impuestos a los más ricos, más subvenciones a las empresas y las promesas de siempre para mejorar los servicios públicos y dicho por el propio Zapatero no intervendrá en los mercados. Lo cual indica que una vez más hará la misma polÃtica que la derecha. Sin embargo la retirada de las tropas de Irak, el freno de las medidas de reforma educativa del PP, y el parón en el trasvase del Ebro, ha abierto una luna miel con la población, que lo agradece.

Los compromisos de Zapatero expuestos en el discurso de investidura son medidas que no van a provocar un cambio tangible en el nivel de vida de la gente y de los más pobres. Ahora mientras que la coyuntura económica siga "creciendo", podrá mantener el dinero con el que pagar algunas de sus promesas. Si la burbuja inmobiliaria estalla y la crisis internacional se acentúa, la economÃa española se verá en dificultades, los beneficios empresariales y de la burguesÃa habrá que mantenerlos. Entonces los socialistas harán, si no lo impedimos, lo que han hecho siempre. Y volverán a exigir los sacrificios a los trabajadores.

Y Pedro Solbes en la cartera de EconomÃa no es una garantÃa a favor de los trabajadores sino todo lo contrario. Fue ministro con Felipe González haciendo una polÃtica contra los trabajadores. Y cuando Rodrigo Rato ha sido nombrado cabeza del FMI ha sido apoyado por Solbes y no han tenido empacho en decir los dos que sus polÃticas no van a diferir en lo sustancial.

Las únicas medidas evidentes hasta ahora en el terreno obrero son la subida del salario mÃnimo un 6,6%. Dejando para el final de la legislatura la promesa de subirlo a 600 Â. Son medidas del todo insuficientes pues el salario mÃnimo está en unos 460 euros y no se harÃa de golpe, que serÃa lo necesario. Hacerlo en 4 años no va a suponer mucha mejora, si además se desvincula la subida "para que no aumente la inflación" de los cálculos en los convenios, pensiones, ayudas a parados, desempleo, etc.

También la ley contra la violencia a las mujeres ha despertado simpatÃas. Pero hay que decir que aunque aumenta la protección, se crean dotaciones especiales de policÃa para proteger a las mujeres, habrá especialización en los juzgados con tribunales de orden penal etc., la medida de crear un fondo de pago por alimentos para los hijos que las madres no recibieran ayuda del padre se ha dejado para más adelante.

También el ministro de trabajo Jesús Caldera en el congreso de CCOO habló de reducir la precariedad pero lo curioso es que las medidas contra la temporalidad en el empleo no van más allá de lo que hacen siempre: rebajará las cotizaciones por desempleo que tengan los contratos indefinidos, es decir les saldrán más baratos a los empresarios. Habrá medidas jurÃdicas para que los contratos no se encadenen interminablemente etc. Fidalgo ha dado un apoyo a este gobierno por su nuevo "talante", quizás también por el cambio para "mejorar" la financiación de las organizaciones sindicales.

En las empresas la situación en el fondo no ha cambiado. Pero en estos primeros meses la patronal se piensa dos veces las medidas más duras ante el empuje obrero. El 28 de abril SEAT retiró el ERE que preveÃa el despido de cientos de trabajadores, después de paros y movilizaciones. La empresa propuso a cambio de la retirada la disminución salarial de los nuevos contratos y el empeoramiento en los turnos. Los sindicatos mayoritarios aceptaron el chantaje de acuerdo, que sometido a referéndum fue aprobado mayoritariamente. Altadis ha declarado que quiere negociar - ha cambiado el "talante" - pero no ha retirado su plan industrial que prevé el cierre de la factorÃa de Sevilla. Nissam ha anunciado la retirada de los 848 despidos a cambio de un convenio con una doble escala salarial.

Sin embargo ahora Zapatero y los socialistas necesitan una buena dosis de credibilidad ante la opinión pública y el "no nos falles" hará que puedan hacer algunas concesiones si la clase obrera lucha. Pero incluso ahora sectores del gobierno, ya apuntan veladamente medidas contra los trabajadores. Recientemente el Secretario de Estado de Hacienda en unas declaraciones al diario El PaÃs expresaba ante el déficit de RTVE que "no hay que descartar la privatización de parte de Televisión Española". A lo cual el responsable de UGT de TV amenazó con movilizaciones al Secretario de Estado.

Con Izar y el problema de los astilleros después de que la UE exija la devolución de miles de millones de euros por las subvenciones estatales, ya han salido voces del gobierno anunciando la necesidad de medidas drásticas y posibles cierres de empresas. ¿Qué postura va a tomar ante los despidos de Aceralia?, ¿o de la venta de la factorÃa de Alston en Valencia?, ¿o el anuncio de las deslocalizaciones y cierres?

Para los trabajadores, ahora es un momento idóneo para arrancar concesiones a la patronal y obligar al gobierno a que tome medidas. La huelga del campo en Sevilla muestra que es posible. La historia es la siguiente: CCOO, UGT y SOC, convocan por separado la huelga para la recogida de la fruta, del melocotón. Piden que los contratos sean por escrito, 15 minutos de bocadillo y 38  de jornal, el SOC pide 39. Sólo la amenaza de huelga hizo que las empresas y la pequeña empresa, negociaran empresa por empresa y accedieran a las reivindicaciones y se consiguió subir a 37 el salario por dÃa.

La gran patronal ASAJA, montó en cólera porque se le "puenteó" en las negociaciones. Sin embargo el SOC mantuvo en algunas empresas hortofrutÃcolas la huelga exigiendo los 39 Â. El 12 de mayo, la guardia civil habÃa actuado contra piquetes. Finalmente se llegó a un acuerdo. Ahora se espera el convenio de la aceituna, donde se tiene previsto también el mismo convenio y aquà están fuertes la gran patronal agraria de los terratenientes (ASAJA). El convenio del campo está en unos 30  al dÃa.

Desde el principio Zapatero se ha presentado como moderado y dialogante para resaltar esta serie de valores frente a Aznar. "Puedo hacer una presidencia del Gobierno responsable, estoy dispuesto cada dÃa a escuchar, a aprender, a tomar el consejo de mucha gente y a hacer las cosas con responsabilidad". Estas primeras declaraciones indican que intenta dar otro "talante" a su gobierno, más dialogante y negociador. Pero en el fondo no ha declarado ninguna medida efectiva y real, que vaya a mejorar las condiciones de los trabajadores, frenar la ola de despidos o poner coto a los accidentes laborales. En su programa electoral no hay diferencia en lo fundamental con el PP, a parte de sus intenciones negociadoras.

Para impedir que se tomen medidas contra los trabajadores - pues tanto en el programa socialista como en sus palabras sólo hay un barniz rosado - es necesario luchar. Pero de la misma forma que las movilizaciones contra la guerra son la causa de fondo de la retirada de las tropas, la movilización obrera podrá impedir los despidos, la precariedad etc., y poner a los socialistas en el brete de hacer concesiones en estos momentos.

La población española ha convertido estas elecciones en un plebiscito contra Aznar y el PP. Ha castigado en las urnas a la derecha. Este castigo hay que trasladarlo a la sociedad y luchar para frenar el deterioro del nivel de vida de los trabajadores y de los más pobres, pues en el fondo son los grandes grupos económicos y financieros los que hacen su polÃtica a través de los polÃticos y es en este terreno, en el de la lucha de clases, donde los trabajadores podemos impedir los ataques contra nuestras condiciones de vida.

Junio de 2004.