Las palabras del nuevo líder sindical de los ferroviarios, Mick Lynch, afirmando que “la clase obrera ha vuelto”, se repiten ahora en todas partes. Y sí, toda la clase obrera debería estar de vuelta y luchando, para recuperar lo que ha perdido, pero más que eso, ¡para obtener finalmente el lugar que le corresponde en la sociedad!
Para empezar, hay que poner fin a los contratos temporales -no sólo a los contratos de cero horas, como exige el TUC-, sino a todos los contratos que atan a los trabajadores a trabajar como temporales durante 2, 3, 4, incluso 8 años, como, por ejemplo, ocurre en la industria del automóvil. Y vinculado directamente a un salario adecuado y a los puestos de trabajo, está la necesidad de imponer un horario de trabajo más corto y, por tanto, el fin, de una vez por todas, de todas las “horas extras”.
Esto puede parecer obvio. Y podría parecer que hoy, con esta oleada de huelgas, hay un “movimiento” creciente que logrará estos objetivos.
Pero tengamos cuidado. Tomemos como ejemplo a Sharon Graham, de Unite, otra “nueva” dirigente que afirma estar consiguiendo aumentos salariales en nombre de los trabajadores haciendo que éstos se pongan en huelga. Los aumentos conseguidos, admite, no siempre son “suficientes”. De hecho, muchos de los trabajadores implicados se sienten un poco como en la canción de los “10.000 hombres del Duque de York”, que les hizo subir a la cima de la colina y luego les hizo descender; son utilizados para un fin que no representa sus intereses. Sharon va en su nombre a los jefes, y luego utiliza “su” palanca.
Ganar un poco de aumento de sueldo, o conseguir que las facturas de energía se reduzcan un poco, está muy bien, pero nada de esto va a devolver a la clase trabajadora el lugar que le corresponde en la sociedad. Aunque los trabajadores pertenezcan a la única clase social que produce todos los bienes necesarios y proporciona todos los servicios esenciales, si no pueden controlar su propio destino colectivo, no controlan nada. Así que el “regreso” tiene que ir más allá. Hoy significa avanzar un paso, tomando el control de las luchas actuales en manos de los que están luchando.
Traducido de worker’s fight.org