EE.UU.: Muertes evitables bajo un sistema inhumano

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Julio-Agosto de 2021

“Los edificios en Estados Unidos no se caen sin más”, dijo el alcalde de Surfside (Florida). No en esta época.

Pero en Surfside, en Florida, en este país, en el año 2021, el 24 de junio, en las primeras horas del día, un edificio “se cayó sin más”. Y sepultó entre sus escombros a casi 200 personas, de las que hasta el 27 de junio sólo habían sido rescatadas algunas decenas.

El afán casi automático de reducir costes en todas las empresas, afán del que está impregnado todo el sistema capitalista, condujo a este desastre, a esta pérdida de vidas humanas.

Los trabajadores de este país, no sólo de Florida, sino de todo el país, saben muy bien cómo funciona este sistema. Lo ven todos los días en su lugar de trabajo. Se escatiman los diseños de ingeniería. Se recortan los estándares. Los materiales son de mala calidad. Y las personas que trabajan en la construcción de algo, ya sea un edificio o un coche, se ven obligadas a realizar demasiado trabajo en muy poco tiempo. El mantenimiento es incompleto y a posteriori, cuando algo va mal.

Las inspecciones suelen ser superficiales, como la que realizaron las autoridades municipales un día antes de que se derrumbara el edificio, y en la que se determinó que el edificio

era lo suficientemente seguro para seguir siendo habitado. Pero incluso cuando una inspección es minuciosa, como la realizada por un ingeniero tres años antes en Surfside, sus peticiones de reparaciones “para garantizar la seguridad de los residentes y del público” se aplazan a menudo hasta una fecha posterior debido al coste.

En un sistema en el que el resultado final es el único que importa, cuesta demasiado dinero reparar algo correctamente. Ese sistema, en el que el beneficio marca las reglas, tiene un nombre. Su nombre es capitalismo.

Todas las empresas del país están infectadas por esta misma manía de la “línea de fondo”, la manía capitalista de reducir el gasto para proteger el margen de beneficio. No importa de qué empresa se trate: un gigantesco monopolio como Amazon o una empresa familiar de gestión de edificios residenciales para asociaciones de condominios (un bien administrado por más de un propietario). Estén o no organizadas para obtener beneficios, todas funcionan dentro de un sistema orientado al beneficio, y todas están limitadas por la lógica inhumana del sistema.

El Washington Post informó de que dos hoteles cercanos, el Seven Seasons y el Residence Inn, subieron sus tarifas a 800 dólares, incluso 1.500 dólares por noche, incluso para los residentes desplazados del edificio derrumbado, o para los familiares que buscan un lugar para alojarse mientras esperan información sobre sus parientes desaparecidos. Todas las acciones mezquinas y despreciables encuentran su justificación en la lógica de este sistema basado en los beneficios.

Presionar para obtener más beneficios, violar la seguridad y apostar por las probabilidades es el razonamiento en torno al cual se organiza el capitalismo. Normalmente, los edificios no se caen, los coches no se descontrolan, los puentes no se derrumban. Pero a veces lo hacen, a veces ocurre incluso en un condominio, en una zona donde los precios ascienden a un millón de dólares o más.

A primera hora de la mañana del domingo se habían encontrado los restos de siete personas. Otras 154 seguían en paradero desconocido.

¿Cuánto más a menudo sucede este tipo de cosas en las zonas residenciales de la clase trabajadora? Si se ignoran los estándares de seguridad, la gente muere, de dos en dos, en incendios en lugar de derrumbes, día tras día, en lugar de cada 40 años. Pero la lógica es la misma.

Se trata de un sistema que hace tiempo demostró ser incapaz de hacer de la vida humana su prioridad. Esto es aún más cierto hoy, en este período en que el capitalismo se precipita de una crisis a otra, de una explosión financiera a otra y de un desastre humano a otro.

Un sistema así no se puede reparar. Hay que arrancarlo, arrancarlo de raíz, triturarlo, echarlo a un lado, sustituirlo por uno que utilice la humanidad como estandarte. Porque dejar que el capitalismo continúe, cada vez más destructivo de la vida humana, es imposible.

Traducido de the-spark.net