¡Nada puede sustituir nuestra movilización!

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Textos del semanario Lutte Ouvrière - 11 de abril de 2023
11 de abril de 2023

Con la aprobación de la ley, Macron y su primera ministra Borne pensaron que ya estaba, y que bastarían unos días para pasar página. Han salido perdiendo porque, de manifestación en manifestación, la movilización se mantiene firme.

Hemos entrado en una guerra de desgaste, en la que el gobierno apuesta por el cansancio de los combatientes. Pero somos millones los que pensamos que trabajar dos años más nos cansará mucho más que otros días de manifestación. En cuanto a la rabia, no se agota, se acumula.

Todo lo que hace el gobierno para imponer los 64 años suena a provocación: las mentiras sobre los 1.200 euros, la precipitada aprobación de la ley 49.3 (un mecanismo para esquivar el voto del Parlamento), y ahora la política de porras de Darmanin y sus intentos de intimidar a los manifestantes multiplicando las custodias policiales.

Y luego hay, cada día, nuevas razones para estar enfadados. Basta con ir a la gasolinera o a hacer la compra de alimentos. En la panadería, en los supermercados, en el mercado... todos los precios suben. Y mañana será la factura del agua la que suba porque tendremos que pagar por la avaricia de Veolia, Suez y otros que no han mantenido la red, y por todos los que saquean y drenan este recurso común y esencial.

Imposible olvidar también que la gran patronal asegura sus márgenes y sus dividendos rechazando el mínimo del mínimo, es decir, la indexación de los salarios a los precios. Y como no se trata de que los políticos y el gobierno impongan nada al mundo capitalista, ¡se contentan con lloriquear sobre el exceso de beneficios!

Es lo que vuelven a hacer hoy, con otro informe que demuestra que los capitalistas de las autopistas han cobrado mucho más de lo que esperaban cuando el Estado firmó las concesiones. El informe denuncia un "exceso de rentabilidad" de 20.000 millones, robados de nuestros bolsillos, en cada peaje. Pero el gobierno no hará nada para cambiarlo.

En la clasificación de las grandes fortunas del mundo, Francia ha hecho doblete. Encabeza el podio masculino y femenino con Bernard Arnault y sus 200.000 millones de dólares, y Françoise Meyers-Bettencourt y sus 80.000 millones. Pero aparte de eso, las arcas del Estado están vacías y el gobierno no ve de dónde sacar dinero para financiar escuelas, hospitales o pensiones...

Para las pensiones, el gobierno repite de la mañana a la noche que defiende el sistema de reparto. Pero, ¿de qué reparto se trata? Un reparto entre trabajadores activos e inactivos, es decir, el reparto de las migajas que la gran burguesía quiere dejarles, una vez que se ha llevado sus beneficios.

Por tanto, esto no es distribución, ¡es una estafa! La única distribución real sería tomar de los beneficios y de las grandes fortunas para garantizar salarios, condiciones de trabajo y pensiones decentes. Y esto debe ser impuesto por nuestras luchas colectivas.

No hay que esperar ningún milagro del Consejo Constitucional. Esta institución puede, en teoría, censurar total o parcialmente esta ley. Pero sus miembros, de Fabius a Juppé (ex primer ministros), tienen un currículum tan largo como el brazo en materia de ataques antiobreros. Seis de sus nueve miembros fueron incluso nombrados por Macron o sus partidarios, y si se les llama "sabios", es porque nunca han hecho nada desagradable a los ojos de la burguesía que domina toda la sociedad.

Quizás el Consejo Constitucional acceda a la petición de organizar un referéndum de iniciativa compartida, el RIP. Esto no le costará nada y no pondrá trabas al gobierno: el procedimiento es tan largo y complicado que es poco probable que tenga éxito. Y, sobre todo, el RIP no es suspensivo, y la ley puede entrar en vigor sin demora.

No hay sustituto para la presión colectiva impuesta por la movilización de millones de personas. No hay sustituto para el debate en las empresas, para reunirnos y organizarnos para defender nuestros intereses como trabajadores.

La patronal y el gobierno pudieron hacer su ley con la convicción de que los trabajadores, divididos y resignados, no serían capaces de reaccionar masivamente. Uno de los logros del movimiento es haber demostrado que tenemos fuerza para luchar y hacernos respetar. Es haber recuperado el orgullo de los que luchan, aunque la lucha sea difícil.

Cada día adicional de movilización hace crecer y fortalece nuestro campo. Cada huelga y cada manifestación es un paso adelante para millones de trabajadores. Por lo tanto, ¡vamos a estar allí de nuevo, tantos como sea posible para continuar la lucha!

Editorial de los boletines de empresas Lucha Obrera del 11 de abril de 2023

Nathalie ARTHAUD