El gobernador del Banco de España propone la solución a la precariedad laboral

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20 de julio de 2019

El gobernador del Banco de España propone la solución a la precariedad laboral, bajando el sueldo de los trabajadores fijos y con empleos más dignos y sin tocar los beneficios del capital.

A partir de un informe elaborado por el Banco de España y presentado ante Cunef, su actual gobernador, Pablo Hernández de Cos, ha destacado como el mayor problema para los jóvenes de hoy en día el desempleo y los bajos salarios.

Dicho informe, que abarca un periodo de treinta años, muestra la evolución del empleo y los salarios comparado entre generaciones de trabajadores.  Muestra también como el empleo aumentaba y los salarios se mejoraban con cada generación, pero a partir de la crisis esta evolución paró en seco.

En su análisis, de Cos culpa a la actual regulación laboral como una de las causas de la alta precariedad laboral entre los jóvenes.  Son esas normas laborales las que permite a las empresas despedir a los jóvenes con contratos temporales, antes que ajustar los salarios, para así equipararlos a los de los trabajadores más antiguos y con mejores sueldos. Otro factor es la alta temporalidad laboral, en aumento gracias a las reformas laborales.

A los informes científicos y basados en datos no tenemos nada que objetar pues es una evidencia que el crecimiento de los beneficios empresariales y de las grandes empresas se ha hecho a costa de la precariedad y bajos salarios de los trabajadores. Incluso de aquellos que ganan más puesto que la congelación salarial ha tocado a todas las categorías.

Sin embargo, donde se ven de que pies cojean estos banqueros es cuando aportan soluciones, soluciones que no tocan los beneficios del capital y sí los salarios de los obreros. Veamos.

El Banco de España sostiene que la rigidez salarial beneficia a los trabajadores mayores, que ganan más y que son más caros de despedir. En cambio, perjudica a los jóvenes, porque sale más barato echarlos.

Acaba de Ros con una serie de recomendaciones en las que propone a los propios trabajadores solidaridad y equidad entre generaciones con el empleo, los salarios y las pensiones.

Estas propuestas son la antesala de lo que la banca española y europea pretende aplicar a la clase trabajadora, someterse al dictado del capital y contentarse con las migajas.

Para llegar a las causas de la actual situación que castiga a la clase trabajadora no hacía falta irse 30 años atrás, bastaba con enumerar cada reforma laboral que han venido aplicando sucesivos gobiernos, en favor de empresas y capitalistas y que han venido empeorando las condiciones laborales de familias enteras.

La reforma laboral de Zapatero vino a someter a los trabajadores a las exigencias empresariales, que deseaban un rápido enriquecimiento y no podían obtenerlo pagando salarios decentes. Se dio más poder al empresario para despedir a pecio de saldo, se formularon nuevas formas de contrato a la carta y se impusieron más control a los parados. Además, a las empresas se les permite mayor poder y iniciativa en las negociaciones colectivas, frente a los sindicatos. En suma, todo un conjunto de leyes que persiguen el mínimo costo para las empresas y deja en la práctica al trabajador sin ninguna defensa efectiva.

Rajoy aplicó otra reforma más brutal si cabe. Despidos aún más baratos, sueldos más bajos, mayor temporalidad y más poder para los empresarios. Unida a la represión a los trabajadores, a la persecución de las luchas y las huelgas mediante la Ley Mordaza, que permiten imponer penas de cárcel y multas a los trabajadores por expresar su rechazo a estas políticas antiobreras. Aún hoy, con un Pedro Sánchez que se jacta de haber echado al corrupto Rajoy, se siguen dictando sentencias contra los trabajadores por oponerse a los despidos, los EREs de empresa y a la represión patronal. Como vemos, gobierne quien gobierne, el beneficio del capital siempre estará a salvo.

Por eso propone de Ros una receta para que esos beneficios no salgan de las manos de los capitalistas. Por eso propone que los trabajadores que llevan más tiempo trabajando y cobran más, se solidaricen con las necesidades laborales y de salarios de los jóvenes… Bajar sueldos y también pensiones a los mayores y si, entre todos nos ayudamos, habría empleo para todos, por eso pide de Ros que tenemos que ser solidarios los trabajadores con nosotros mismos.

Acabar con esta situación solo será posible expropiando los beneficios de banqueros y empresarios. Imponer de paso a los capitalistas los salarios de cualquier trabajador y así distribuir la riqueza para el disfrute por toda la sociedad. La solidaridad es tarea de todos.

Para terminar, decir que ese análisis tiene muchos puntos oscuros y poco acertados. Resulta muy alejado de la realidad afirmar que a los trabajadores de más edad sale caro despedirles, no creemos que se refiera a los trabajadores “normales”. Los expedientes de regulación de empleo (ERE), las prejubilaciones, desvinculaciones y bajas incentivadas, tienen como claro foco a los más veteranos de las plantillas.

Hay que exigir no trabajar más allá de una edad determinada, percibir pensiones que permitan una vida digna y dejar paso a los jóvenes que pasarán a ocupar esos puestos de trabajo. Si para ello los ricos, los capitalistas, tienen que ser despojados de sus excesivos sueldos y prebendas, que así sea.

A estas recetas contra el paro que sacan a la luz banqueros y empresarios les vamos a responder con la lucha obstinada y decidida de los trabajadores por mejorar sus condiciones de trabajo.