La primera medida del nuevo gobierno PSOE-Podemos ha sido aumentar las pensiones un 0,9%. La gran mayoría de pensionistas la considera insuficiente. Mientras la elevada temporalidad y precariedad laboral marca la senda de las cotizaciones sociales.
El mercado laboral sufre más que nunca las consecuencias de una crisis no superada. Las condiciones laborales muestran que el empleo es cada vez más precario, con altas cotas de temporalidad. La reciente subida del SMI no llega a todos los trabajadores. Sin otras medidas disuasorias, sin más control pero sin duda si no se eliminan las reformas laborales, muchos empresarios no tienen ningún problema a la hora de sortear esa subida y pagar por debajo.
Las cotizaciones sociales alcanzaron el pico más bajo en 2014, desde entonces han venido experimentando subidas hasta alcanzar, a finales de 2018, cerca de 115.000 millones. El porcentaje de número de cotizantes aumentó en un 5,44% ese año, mientras que la cotización de los desempleados aumentó un 2,67%.
Cuantía de la pensiones tras la subida
Con la subida del 0,9%, el importe de la pensión mínima para los jubilados de 65 años con cónyuge a cargo quedará en 843,4 euros al mes en 14 pagas (frente a los 835,6 euros al mes actuales), la de sin cónyuge en 683,49 euros (677,4 euros actualmente) y la de con cónyuge no a cargo en 648,68 euros mensuales (frente a los 642,9 euros actuales).
Según datos del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), las pensiones no contributivas o PNC (pensión e invalidez) han subido un 9% en los últimos 6 años.
Esto se traduce en un aumento de 31,7 euros a lo largo de esos 6 años para los jubilados. En el caso de la invalidez, el incremento es aún menor, pues éstos cobran al mes 30,19 euros más de media, lo que representa una mejoría del 7,7%.
Si tomamos el conjunto total de beneficiarios de una pensión no contributiva, la subida ha supuesto 30,5 euros más al mes de lo que se percibía en 2013. Estas pagas han pasado desde los 369,72 euros de entonces a los 400,28 actuales. Una pensión de 400 euros al mes no va a permitir sacar de la pobreza a muchas familias.
Para dar una idea, esa subida no llega ni para pagar la factura de la luz, aún estimando la cuota eléctrica mínima que supone unos 40 euros al mes. Y difícil resulta mantener la cesta de la compra; el coste promedio en productos básicos, para una sola persona adulta, oscila entre los 175 a 210 euros mensuales, según datos obtenidos del último Informe de Consumo Almentario publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Los beneficiarios de una pensión de jubilación pasarán de 5.488 euros al año, tras la subida decretada por el gobierno de Pedro Sánchez a percibir 5.538,40 euros.
Es decir que la ganancia del poder adquisitivo ha sido, en términos generales, de tan solo 50,4 euros al año.
Muchos de estos pensionistas malviven con pensiones de miseria en recompensa a años de trabajo. Tendrán que trabajar más años a medida que pasa el tiempo y mientras tanto disminuirán las expectativas laborales de muchas personas en edad de trabajar, sobre todo los jóvenes.
El paro entre los jóvenes aumenta y mientras los mayores tendrán que trabajar hasta los 67 años para recibir una pensión.
En las manos de la clase trabajadora está el revertir esta situación degradante y esclavizante.